La familia puede influir en el curso de tu espondilitis anquilosante (EA). Esta influencia puede ser positiva o negativa, por eso conviene que conozcas cuáles son las situaciones más frecuentes en la relación con la familia cuando tienes EA o cualquier otra patología crónica. Si eres capaz de identificar la situación y el problema, podrás tomar medidas para solucionarlo y para lograr que tu entorno y, en concreto, tu familia aprenda también a convivir con tu espondilitis anquilosante. Juntos, conseguiréis apoyo mutuo para afrontar la patología.
Cuando te diagnostican una patología crónica, sueles pasar por un ciclo hasta que tanto tú como tu entorno os acostumbráis a la nueva situación. Este ciclo pasa por varias situaciones o fases hasta que se consigue aceptar y afrontar la patología con éxito. Las más habituales son estas:
Todas estas fases puede que no se presenten en ti o en tu entorno, pero es bueno que las conozcas y sepas que lo imprescindible es aceptar la enfermedad y afrontar las limitaciones resultantes de la misma en todas sus etapas.
La clave es que te marques objetivos para conseguir vivir con las capacidades o habilidades que aún conservas y que no te ha limitado la espondilitis anquilosante; más allá de que el dolor o la tristeza puedan hacer mella en tu voluntad, debes seguir viviendo nuevas experiencias, ayudar a otros y compartir experiencias.
Los síntomas de la espondiloartritis axial pueden hacer que las relaciones sexuales sean un poco más complicadas, pero tomando ciertas precauciones y recomendaciones puedes llegar a tener relaciones íntimas totalmente satisfactorias.
La actividad física en las personas con espondiloartritis ayuda a aliviar los dolores, además de mejorar tu descanso y reducir la sensación de fatiga y de rigidez.
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