Cumple el reto paso a paso
1. Toma consciencia de tu postura
Antes de empezar a corregir tu postura, debes ser consciente de qué posturas adoptas habitualmente. Así pues, el primer paso que debes adoptar es observarte durante un día y anotar cuáles son las principales posturas que adoptas y cuánto tiempo pasas en una u otra. ¡Te sorprenderás!
2. La inmovilización debe desaparecer
Pasar mucho tiempo en la misma postura, contribuye a empeorar la rigidez. Por tanto, el siguiente paso debe ser no pasar más de 30 minutos en la misma postura, ya sea de pie, sentado o recostado. Si puedes, además, da un paseo breve para movilizar las articulaciones.
Intenta aplicar esta norma en tu día a día. Te ayudará también a desconectar si haces tareas monótonas o aburridas,
*Ponerte una alarma en el móvil cada 30 minutos te puede ayudar a habituarte.
3. Corrígete
Ya sabes las posturas que adoptas habitualmente y has conseguido no permanecer en la misma postura durante horas. El siguiente paso es corregir tu postura. Sentado, de pie, en la cama… procura adoptar la postura adecuada.
4. Cómodo, no significa correcto
Ten en cuenta que el hecho de que tú te encuentres cómodo tumbado en el sofá, no quiere decir que tu postura sea la adecuada. Tenlo presente a la hora de elegir cómo colocarte.
5. Movimiento sí, repetición continua no
Las tareas repetitivas no te ayudan a mejorar los síntomas de la EA. Intenta evitarlas y si no es posible, realizarlas en las horas en las que estés menos cansado.
6. Recuerda
No basta con conocer el problema, acuérdate de observarte de nuevo y corregirte. Puede que ya conozcas todo lo que tienes que hacer y la postura que debes adoptar, pero hasta que la higiene postural no forme parte de tu rutina, se te olvidará y volverás a las malas costumbres. Obsérvate y corrígete. Usa post-it o alarmas para recordártelo.
Los síntomas de la espondiloartritis axial pueden hacer que las relaciones sexuales sean un poco más complicadas, pero tomando ciertas precauciones y recomendaciones puedes llegar a tener relaciones íntimas totalmente satisfactorias.
La actividad física en las personas con espondiloartritis ayuda a aliviar los dolores, además de mejorar tu descanso y reducir la sensación de fatiga y de rigidez.